Si soy culpable, culpable de declarar mis sentimientos, así, ¡ZAS! Culpable de dar el primer beso ¡ZAS! y sin asegurarme de ser correspondido... ¡ZAS, ZAS Y ZAS! ¿Se puede ser más imbecil? También es verdad que en ese instante a quien narices le importaba, era mi momento, nunca en mi vida me habia atrevido a tanto, para bien o para mal, a mi siempre me habian conquistado y ahora viejo, reviejo y requeteviejo me convierto en esclavo de un sentimiento, sentimiento imposible, que aunque aparentemente me corresponden... para que engañarse, ya que sufrimos que sea por no mentirnos a nosotros mismos, teniendo la capacidad de ver nuestra puñetera realidad.
El graciosillo del destino ha querido dejarme tonto y sin la poca cordura que me quedaba. Yo vivia encantado entre mis soledades y acontecimientos estrempitosamente míos, con el único compañero que siempre respeta y que nunca falla, mi amiguete aislamiento, no habla, no ensucia, me acepta como soy y aguanta todos mis soliloquios sobre el quinto satélite más grande del sistema solar.
Cada año más viejo, cada año mas idiota, ¡ay!... ¡cómo duele!... no se me pasa, no existe médico, ni medicación con efecto inmediato... quien me manda a mi, y de verdad que no lo buscaba, todo lo contrario, pero el muy mamon estaba ahí esperándome...
Cada año más viejo, cada año mas idiota, ¡ay!... ¡cómo duele!... no se me pasa, no existe médico, ni medicación con efecto inmediato... quien me manda a mi, y de verdad que no lo buscaba, todo lo contrario, pero el muy mamon estaba ahí esperándome, agazapado y ¡ZAS! en toda la cara. Tan rápido y certero que desde entonces mi orgullo y la razón han cerrado el chiringuito de la dignidad.
¡Volved! ¡Por favor... os necesito! ¡Quiero hacerme respetar! ¡Quiero dejar de arrastrarme suplicando un minuto de atención! ¡Echo de menos mi sensatez!
Por favor, si alguno de vosotros se cruza con mi razocinio, decidle que vuelva a casa, que le necesito, que ya estoy muy mayorcito para amores imposibles, para historias inviables en las que siempre pierdo yo.
Ya sabéis, si veis a mi sentido común, explicarle que no volverá a pasar, que nunca más cometeré la estupidez de dejar que esos impulsos tan hermosos, engañosos y crueles vuelvan a enredarse en mi pecho.
Ya lo veis amigos míos soy un gran aprendiz de la vida, amante de la investigación filosófica de mi mismo (porque de los demás ya me rendí hace tiempo), amateur de esos que nunca se graduan, de los que optan por todas aquellas asignaturas imposibles de aprobar y que este año elegí sin querer la más hueso "el amor"... y cómo no, volví a suspender.