Exhibición, llena de magia, sinceridad, risas y emoción. Ambos grupos teatrales, adolescentes y pequeños, mostraron sobre las tablas una presencia escénica extraordinaria y al mismo tiempo entre bambalinas, como verdaderos profesionales, manifestaron un amor al teatro inconmensurable.
La vocalización, la proyección, la energía, el cuerpo, la emoción y muchos más retos fueron salvados con nota por todos y cada uno de los componentes taller de interpretación 2.013. Destacando la humildad y el esfuerzo, que tanta importancia tiene para Paloma Mejía.
Esta muestra ha estado reforzada y acompañada de un equipo lleno de serenidad y colaboración. Desde un principio, se han unido a Paloma Mejía en este maravilloso viaje interpretativo, un grupo excepcional.
Adela Fabelo, presentó el acto con impecable estilo y convicción. Juan Caraballo, estuvo regalándonos su talento como fotógrafo desde los primeros ensayos, captando todos y cada uno de los gestos que desde ayer son el recuerdo de una liturgia única. Alberto Rueda (alumno de Paloma Mejía, desde hace años) demostró un saber estar y un control escénico digno de elogio y admiración.
Beatriz Mejía junto a Moiset Pacheco, como jefes de escena, coordinaron entre bambalinas a los alumnos de forma eficaz, sin olvidar nunca el cariño y la atención que todos los niños necesitan en los momentos cruciales de salir a escena. Giraldo Moisés Cárdenas, director teatral, actor y maestro, viajo desde Cuba, casi nada, simplemente para poner a nuestro servicio sus sobresalientes conocimientos, llevando a cabo el diseño de luces. Nelson Dante, actor, escritor y bailarín, una vez más, nos ha demostrado su talento y generosidad, contribuyendo con su increíble voz, en el cierre de la muestra. Juanjo Herbe, sé que quiso estar y no pudo. Rey Montesinos, actor de la compañía, director y profesor, vino a ver la muestra y a ofrecer simplemente su ayuda, ¡qué bello!
El Teatro Victoria, aportaron también el espacio escénico una vez más, junto con Claudio, el técnico del mismo, y como siempre de corazón. No podemos olvidar a todos los padres de cada uno de los alumnos, fueron educados, discretos y agradecidos de principio a fin.
Sonia Suarez, siempre apoyando, contribuyendo y junto con Adela Fabelo, han sumado como siempre y han hecho posible este curso lleno de amor a la profesión interpretativa. ¡Qué más, se puede pedir!
Este curso para nosotros, ha sido el comienzo de un camino hacia el bello mundo de la interpretación. Y por ello, en esta muestra, todo ha sido pensado y enfocado al desarrollo de cada alumno. Saltando muchos de los obstáculos que nos hemos ido encontrando en este tramo ya recorrido.
Ahora, nos encontramos ante un horizonte lleno de expectativas y sueños. Esto acaba de comenzar. Hagamos que la interpretación siempre nazca de la verdad y de la ilusión, trabajando humildemente y esforzándonos siempre con energía y entusiasmo, logrando así, conocernos un poquito más a nosotros mismos.